Ha de existir mutuo acuerdo entre ambas partes.
La primera Ley de Divorcio en nuestro país se aprobó en 1981. Más de dos décadas después, la sociedad había evolucionado sustancialmente y se hacía necesaria una reforma de dicho texto legal. La actualización llegó en 2005, cuando se aprobó la Ley 15/2005, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio (popularmente conocida como Ley del divorcio express España .
Por otro lado, la firma de hipotecas comienza a repuntar tras la crisis económica y financiera, no sin algunos retrocesos puntuales. Durante los siete primeros meses de 2016, el incremento fue de casi el 14 por ciento.
Así las cosas y teniendo en cuenta que los divorcios superan ampliamente a las bodas, no son pocas las parejas que se ven ante la tesitura de afrontar un crédito hipotecario tras un divorcio express de mutuo acuerdo . Pero, ¿quién se hace cargo de los pagos?. En el presente artículo tratamos de dar respuesta a esta cuestión.
Tras la reforma de 2005, no se exige ningún motivo para que los cónyuges se separen, basta el mero acto de voluntad. Además, el divorcio express es barato, porque permite prescindir del doble proceso de separación y posterior divorcio.
En caso de divorcio express con hijos , es posible optar por la custodia compartida, otra de las novedades introducidas en la precitada reforma legislativa.
Para que los cónyuges tengan acceso a un divorcio express son necesarias las siguientes premisas:
Ha de existir mutuo acuerdo entre ambas partes. De lo contrario, estaríamos ante un proceso contencioso, mucho más largo y lento.
Debe presentarse un convenio regulador. Se trata de un documento en el que las partes reflejan su voluntad de poner fin al matrimonio, con las consecuentes implicaciones jurídicas (cuidado de hijos, régimen de visitas, uso de vivienda familiar, liquidación del régimen económico matrimonial, pensiones compensatorias etc.).
Ha de mediar un período de tiempo mínimo de 3 meses desde la celebración del matrimonio.
Se puede aplazar el reparto de los bienes comunes.
No es preciso separarse de antemano.
El domicilio conyugal o, al menos el de uno de los miembros de la pareja, debe estar ubicado en territorio nacional.
Un divorcio express, paso a paso, consta de las siguientes fases:
El divorcio express también supone un duro trance para ambos cónyuges, aunque el hecho de existir acuerdo mutuo facilita bastante las cosas en aspectos como la decisión sobre la hipoteca de la vivienda familiar.
Lo usual es que, tras el divorcio, se atribuya el uso de la vivienda a uno de los cónyuges, por lo general al que se queda con la custodia de los hijos. Pero, ¿quién se encarga de seguir pagando la hipoteca del inmueble?, ¿el ex-cónyuge que la sigue utilizando?, ¿ambos?, ¿en qué proporción?. Para dar respuesta a todos estos interrogantes es preciso definir las dos corrientes jurisprudenciales, que de manera dispar resolvían al respecto y que la Sentencia del Tribunal Supremo 188/2011, de 28 de marzo, se encargó de aclarar definitivamente.
Antes de la citada resolución del TS, las audiencias provinciales optaban por una de estas dos soluciones:
Excluir el pago de la hipoteca de las cargas matrimoniales.
En tal caso, el pago se concebía como responsabilidad de ambas partes, por lo que debía efectuarse en función de la cuota que cada cónyuge poseía sobre el inmueble en cuestión, sin posibilidad de alteración.
Entender el pago como carga matrimonial.
Algunas audiencias provinciales, por el contrario, entendían que el pago de la hipoteca, tras un divorcio express, debía conceptuarse como carga matrimonial (arts. 90 y 91 del Código Civil). En este caso, imponían el deber de pago a cada una de las partes, aunque estableciendo un porcentaje para cada cónyuge, en función de las posibilidades económicas de cada uno.
La referida Sentencia del Supremo estableció que los pagos correspondientes a la hipoteca, contratada por ambas partes para adquirir la vivienda conyugal, han de considerarse deudas de la sociedad de gananciales (art. 1362.2 del Código Civil) y no una carga matrimonial. Por consiguiente, las cuotas han de pagarse por los dos cónyuges, en función de su participación en la propiedad del inmueble en cuestión (el 50 por ciento como regla general). Además, el referido porcentaje no puede alterarse por otra razones, como ingresos económicos, uso efectivo de la vivienda etc.
Existen distintas soluciones, a la hora de afrontar el pago de la hipoteca tras un divorcio express . Como indicamos al comienzo de este artículo, la existencia de mutuo acuerdo entre las partes facilita, en gran medida, la adopción de cualquiera de estas alternativas.
En ciertos casos, los miembros de la pareja deciden seguir compartiendo la hipoteca hasta encontrar una solución más adecuada, como la venta de la vivienda. En otras ocasiones, una de las partes cede su porción del inmueble a la otra, a cambio de la correspondiente compensación económica. Es decir, se disuelve el condominio y se procede a una novación hipotecaria de acuerdo con el banco (este paso es complejo, pues implica alterar la titularidad del crédito hipotecario).
El divorcio express, en Madrid o cualquier otra ciudad española, está a la orden del día. Muchas de las parejas que deciden poner fin a su matrimonio por esta vía se ven obligadas a tomar una decisión, en torno a la hipoteca que pagan por la vivienda familiar. La jurisprudencia del Tribunal Supremo es clara y meridiana, aunque hemos de tener presente que sólo afecta a las uniones en régimen de gananciales.
El binomio divorcio-hipoteca puede terminar siendo una combinación explosiva, especialmente en procesos contenciosos. Sin embargo y en alrededor del 60 por ciento de los casos, el asunto concluye de forma amistosa o por la vía del divorcio express, circunstancia que ayuda sobremanera a resolver la asignación del pago de la hipoteca. Y es que, como en cualquier ámbito de la vida, los problemas de este tipo se resuelven más fácilmente aplicando el diálogo y dejando a un lado el rencor, el orgullo y los puntos de desencuentro más sensibles.
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