Muchas personas pierden su perspectiva cuando empiezan su nueva vida
Muchas personas pierden su perspectiva cuando empiezan su nueva vida. Aunque el acuerdo, o sentencia final, haga días, semanas o incluso años que fue firmado, hay gente que no termina de superar el divorcio y arrastran las cicatrices de la ruptura como una pesada losa. Eso es exactamente lo que no se debe hacer. Lo pasado, pasado está, y cualesquiera que sean las discusiones que tuvisteis, y las ofensas que hubieron en ambos sentidos, ahora eso forma parte del pasado, y por vuestro propio bien, pero sobre todo por el de vuestros hijos, es importante que os liberéis de ese peso y busquéis vuestra propia felicidad respetando a vuestra ex pareja.
Una vez hecho esto, os daréis cuenta de que es mucho más fácil mantener vuestra nueva relación centrada en los niños, incluso si algunas de las cosas que más os irritaban del otro estaban relacionadas con los niños. Ahora es importante que dejéis al otro actuar con vuestros hijos a su manera, por supuesto siempre y cuando no se ponga en peligro la integridad física, psíquica o emocional de los menores.
Puede que no queráis hablar el uno con el otro, de hecho esa es la razón por la que os divorciasteis, sin embargo, la paternidad requiere coordinación, y nadie puede coordinar algo sin saber todos los detalles.
Por ejemplo, ¿Uno de los dos quiere apuntar al niño a karate? ¡Estupendo! ¿Otro quiere llevarlo a cases de refuerzo? Seguro que es una buena idea. Sin embargo, este tipo de decisiones conllevarán un gasto añadido, así como un esfuerzo del otro padre en organizarse para dejar o recoger al niño en sus nuevas actividades. No toméis unilateralmente ninguna decisión de este tipo, aseguraros antes de hablarlo previamente el uno con el otro, o eso será motivo seguro de discusión.
Eso nos lleva a nuestro último consejo: escribid un plan y haced todo lo posible para ateneros a él.
Probablemente el juez os requirió que incluyerais un plan de parentalidad en el acuerdo de divorcio que regula qué niño está con qué padre, en qué momento, cuando y donde es la entrega o recogida de los niños.
Ese es un buen punto de salida, sin embargo, para hacer las cosas aún más fáciles, podéis elaborar un plan común que facilite la transición a la nueva vida de todos. Esto puede incluir cosas superficiales como cuando harán los deberes los niños, o cuantas horas de televisión al día verán, hasta decisiones más importantes como la escuela donde irán, las actividades extraescolares que llevarán a cabo… etc. Esto os puede ayudar a tratar los posibles problemas antes de que surjan.
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