5 consejos antes de divorciarte

Ha llegado septiembre, el mes en que más divorcio express se producen en todo el año. Según los expertos, pasar tantas horas con la pareja sin nada que hacer, fomenta que los conflictos latentes tomen toda su fuerza y ya no se pueden ocultar detrás de la rutina, las ocupaciones, el estrés diario y el cansancio.

• Precipitarse en su decisión de divorciarse
• Escuchar los consejos de la familia
• Quemar puentes
• Tener en cuenta la moral
• No tener claras las prioridades ante un divorcio

Nos casamos siempre con la esperanza de que sea para toda la vida, sin embargo a veces eso no es posible, y debemos tomar la siempre difícil decisión de divorciarnos. Según Oscar Vaello de divorcios vaello, hay 5 errores que suelen cometer las personas cuando se plantean divorciarse:

Precipitarse.

Parece evidente pero no lo es tanto teniendo en cuenta que España es el quinto país del mundo con mayor tasa de divorcios. Muy a menudo se visita al abogado en un estado emocional muy alterado. El cliente se acaba de enterar de una infidelidad, o ha ocurrido hace poco algo por lo que se siente terriblemente ofendido. La decisión de divorciarse marcará el resto de nuestra vida y por tanto hay que hacerla con la cabeza fría. Si el cliente se siente ultrajado, humillado, terriblemente ofendido por algún hecho concreto, es mejor que deje pasar un tiempo prudencial, quizás convendría que se fuera a vivir a casa de sus padres una temporada, pero sobretodo que no tome decisiones bajo un estado emocional alterado. La decisión de divorciarse debe ser reflexionada, meditada, consultada y sobretodo racional, nunca emocional.

Escuchar los consejos de la familia.

Este consejo puede parecer contraintuitivo, ya que cuando se está pasando por un proceso de divorcio se está en un estado emocional muy vulnerable y por tanto se busca el refugio de los seres queridos, ya sean los padres, hermanos, amigos… etcétera. Estos, conscientes del extra de apoyo que necesitas, adoptarán una postura muy radical de apoyo y de ataque al cónyuge, generando una animadversión contra este que lo único que hace es entorpecer el diálogo y la negociación entre las partes. Dicho de otro modo, hay que ser conscientes de que las personas que nos apoyan no son neutrales, sus opiniones no son imparciales, más bien están deformando la realidad para hacerte sentir mejor, y de paso demostrarte su apoyo y lealtad.

Por ejemplo, imaginemos que una mujer pide el divorcio a su marido porque ha conocido a otra persona. El hombre queda devastado, y su familia y amigos salen al rescate e intentan reconfortarle diciéndole que su esposa se ha comportado fatal con él, que es mala persona y merece un castigo, aumentando su sentimiento de víctima, y la culpa de la mujer a sus ojos. Cuando llegue el momento de negociar los términos del divorcio , este hombre se encontrará totalmente resentido, con un profundo sentimiento de odio y querrán cobrarse algún tipo de venganza que él justificará diciendo que es una indemnización por el daño injusto que le ha causado. El hombre durante varios meses habrá estado desconectado de su esposa, estando en un momento emocional muy influenciable y con un entorno que le habrá estado diciendo constantemente que él no tiene ninguna culpa de lo que ha pasado, y que simplemente lo que ha ocurrido es que ella es mala persona que ha actuado con malicia con el único propósito de hacerle daño, alimentando así un sentimiento de odio cada vez mayor que desemboca en que él piensa que de ese divorcio debe obtener alguna ventaja que le retribuya del daño sufrido, tiene tan tiene tan absolutamente claro que él es una víctima que exige una compensación por ese daño injusto que él ha recibido. Es como si estuviera en una realidad paralela, tendrá una visión de dicha realidad completamente alienada, muy radicalizada y por tanto será imposible llegar a un acuerdo con la otra parte, generando un divorcio contencioso , problemático, en donde todas las partes van a sufrir, y si encima hay niños, la relación posterior entre los cónyuges será muy difícil, recayendo sobre estos niños la peor parte.

Sin embargo si esta persona en lugar de buscar asesoramiento en su familia lo hace en un profesional, éste le hará ver que no hay ninguna malicia por la otra parte, que simplemente ha ocurrido lo que ha ocurrido, que son cosas de la vida, que en esta ocasión le ha tocado a él ser la parte abandonada, pero podría haber sido al revés, que lo mejor que puede hacer es pasar página e intentar rehacer su vida lo antes posible… De este modo se rebaja el odio hacia la otra parte y posibilita la llegada a un acuerdo con el otro cónyuge.

Hay que tener en cuenta que si en el matrimonio hay hijos comunes, el divorcio no termina con una sentencia, sino que los dos cónyuges van a continuar estando vinculados durante mucho tiempo, se van a tener que tomar muchas decisiones conjuntas, la vida de cualquiera de los dos cónyuges, o de los hijos va a sufrir cambios (cambios de domicilio, cambios profesionales, nuevas necesidades de los hijos, nuevos matrimonios de cualquiera de los cónyuges con sus nuevas familias… etc.) y por tanto las condiciones acordadas en un inicio se van a tener que renegociar, y eso es mucho más fácil de hacer si hay un clima de cordialidad y colaboración mutua, y no tener que recurrir a un juez constantemente.

Por otro lado, si le preguntamos a la mujer, ella seguramente justificará su actitud, es una condición humana, las personas tenemos la tendencia a justificar nuestros actos incluso en los casos más aberrantes, es un modo de protección de la autoestima ampliamente estudiado por la psiquiatría moderna. Dirá que el fracaso del matrimonio es culpa de su marido que durante años la ha ignorado, no ha cuidado la relación, no ha sabido apreciar todo lo que ella ha hecho por el en todos los años de relación, la ha hecho sentir sola, le ha faltado amor, hasta que ha ocurrido lo inevitable y es que ha aparecido otra persona en su vida que le ha dado todo lo que su marido le había negado. Además que ella también tendrá su propio entorno que le influirá para convencerla de que ha hecho lo correcto y de que el malo en realidad es el marido. Así que aunque la mujer al principio se siente apenada y culpable por abandonar a su marido, incluso si es para irse con su mejor amigo, al cabo de poco tiempo ella misma se estará justificando y creerá que su actitud ha sido totalmente correcta y justificada, por eso cuando el marido exija un plus de compensación, ella no lo entenderá, se opondrá, y empezará una guerra entre los dos cónyuges.

Esto por supuesto esto no significa que tengas que mantener una excelente relación con tu ex, te encuentras dolida, y por supuesto puedes, y debes, buscar el apoyo de su familia y amigos, pero sólo el apoyo emocional, no dejes que te asesoren jurídicamente, porque ellos lo van a hacer con toda su buena intención pero en realidad que están perjudicando más que beneficiando. Deja el asesoramiento del divorcio únicamente a tu abogado, y si tu abogado no te da toda la confianza, cambia de abogado, pero no dejes que tu madre, tu hermana, o tu compañero de trabajo que digan cómo tiene que gestionarse el divorcio. Sólo que hay que enfrentarse a esta situación con madurez y entender que por encima de los sentimientos de uno, está la necesidad de mantener un clima de entendimiento con quien estamos obligados a entendernos.

Esto mismo aplica si tu abogado es de la familia o un amigo cercano, suele ser contraproducente porque no es capaz de poner la distancia suficiente, y una implicación emocional excesiva impide la correcta evaluación del caso, es decir una sobremotivación es negativa.

Quemar puentes.

Este Consejo está conectado con el anterior, y es que por muy ultrajada que te sientas, por muy ofendida y humillada que creas haber sido, intenta mantener siempre una vía de diálogo abierta aunque ello signifique tragarse el orgullo, pues por muy terrible que sea lo que te haya hecho, no sabes cómo va a ser tu vida en el futuro, y si en el futuro necesitas una modificación del convenio matrimonial, si se ha mantenido el clima de diálogo será más fácil convencer a la otra parte. Piensa que en el futuro puedes rehacer tu vida con otra persona que quizás vive en otro lugar y quieras ir a vivir con él, y quieres pedirle que te permita llevarte a los niños contigo, o simplemente quieres cambiar de escuela a los niños, o quieres apuntarlos a una actividad extraescolar, o quieres que unas vacaciones en que los niños les toca estar con él y quieres que te deje llevarte los tu, o cambiar un fin de semana que te toca a ti tener los niños pero tienes unos billetes de avión para ir a París con tu nueva pareja… Etc., si anteriormente le has declarado la guerra y has hecho todo lo posible por perjudicarle y los niveles de hostilidad han escalado hasta un límite en que ya no hay marcha atrás, luego va a ser imposible llegar al más mínimo acuerdo, siendo tú la principal perjudicada. Por ejemplo, tu nueva pareja te regala unos billetes para ir a pasar el fin de semana a París, te hace muchísima ilusión, está ya todo pagado, pero justamente ese fin de semana te toca estar con los niños, y tus padres no pueden hacerse cargo porque van a estar fuera. Entonces le pides a tu ex que por favor te cambie ese fin de semana y se quede él con los niños. El no le va mal ese fin de semana quedarse con los niños, pero como en el pasado hubieron fuertes fricciones, insultos, acusaciones… Etc., no va a estar dispuesto a mover un solo dedo para ayudarte, más bien lo contrario, está encantado de perjudicarte todo lo que pueda y se va a negar en redondo a hacer ningún cambio.

O imagínate que conoces a otra persona y decides mudarte a casa de tu nueva pareja con los niños porque es una casa más grande y cómoda. Resulta que este nuevo domicilio está lejos del colegio de los niños, y justo al lado de vuestra nueva casa hay un magnífico colegio en el que podrían entrar. Haz tu ex quizás no le perjudicaría lo más mínimo el cambio de escuela porque le queda igual de lejos que de donde él vive, sin embargo, si entre la pareja se ha quedado en el pasado un clima de animadversión, el padre se va a negar sistemáticamente porque no estará dispuesto a hacer ningún esfuerzo que beneficie a su ex.

Es por ello que recomendamos hacer un esfuerzo por mantener cierto clima de diálogo y colaboración, y negociar todas las decisiones, pues si quemamos los puentes de diálogo, en el futuro puede perjudicarnos.

Tener en cuenta la moral.

Con el advenimiento de la democracia el adulterio dejó de estar penado, y en España no es como en las películas americanas, es decir, no se juzga la conducta moral de los cónyuges.

En el divorcio lo que se dirime es únicamente el reparto de bienes comunes, y el régimen paternofilial, es decir, quien la guardia y custodia , régimen de visitas, gastos… Etc., con lo que no se puede entrar a discutir si un cónyuge se ha comportado mejor que otro, y sobre todo hay que tener en cuenta que por muy inmoral que sea la conducta de un cónyuge, si no es ilegal, no puede tener consecuencias jurídicas.

Hay que ser frío, y entender que es como una empresa que ha quebrado y los socios se reparten los bienes, lo pasado, pasado está, y ahora hay que conseguir un acuerdo equilibrado.

También hay que tener en cuenta que por muy mal que se haya comportado tu cónyuge, eso no te legitima a ti a comportarte también mal y tomar decisiones a propósito que perjudiquen a la otra parte sin ninguna necesidad.

Por ejemplo hay madres que piensan que si el padre no cumple con el régimen de visitas, o no paga la pensión de alimentos, o incluso si está acusado de malos tratos, o sufre alguna adicción (alcohol, drogas…), o incumple cualquier otra de sus obligaciones, la madre no puede impedir que los hijos vean a su padre, y eso es porque no es el derecho del padre a ver al hijo, sino al revés, es el derecho del niño a ver a su padre, entonces si no se permite ese encuentro, se está infringiendo el derecho de un menor.

No tener claras las prioridades.

La conmoción que supone un divorcio a menudo ciega a los cónyuges y no les permite ver claro qué objetivo deben tener.

En primer lugar el objetivo es llegar a un acuerdo equilibrado, que no quiere decir justo, es decir, se trata de que los dos cónyuges queden en igualdad de condiciones, independientemente de si lo vemos más o menos justo, por tanto intentar sacar alguna ventaja u obtener un beneficio mayor que el otro, atenta contra ese objetivo y puede dar al traste con la negociación. Es importante saber que mediante la negociación siempre conseguiremos más que mediante un divorcio contencioso, un juez no dará la razón a una parte o la otra, sino que siempre buscará un acuerdo intermedio, así que para llegar al mismo lugar es mejor hacerlo de forma negociada y ahorrarnos todo lo que conlleva un litigio de este tipo, no sólo en cuanto a recursos económicos y de tiempo, sino también el coste emocional que conlleva, así como la incertidumbre del resultado. Los abogados tienen una máxima que es “más vale un mal acuerdo, que una buena sentencia”.

Otro objetivo principal que no hay que perder nunca de vista, y que ocurre mucho más a menudo de lo que nos pensamos, y es que el interés número uno es el de los menores, y todas las partes que intervienen en un divorcio ya sean los cónyuges, abogados, procuradores, jueces, fiscales… Etc., siempre tienen que velar por el interés superior del menor, así que cuando entren en contradicción con los intereses con los de tus hijos, siempre tendrás que sacrificarte y dar preferencia a los intereses de los niños. Como decíamos en el punto anterior, es posible que tengas la tentación de no permitir al padre ver a sus hijos porque no cumple con sus obligaciones, y en ese momento es posible que intentes justificar lo diciendo que todo eso lo haces por el interés del hijo, es decir que vulnera su derecho a ver a su padre pero es para preservar su derecho a percibir la pensión de alimentos, pero en realidad no es así, de forma directa estas infringiéndole un derecho y anteponiendo los intereses a los del menor. Por supuesto estos consejos son genéricos, y cada caso es único y especial, por tanto lo mejor es ponerse en manos de un profesional que te pueda aconsejar correctamente.

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